Se levantó en la Punta de la Baña, sobre una playa rasa y saliente de la boca del puerto de los Alfaques en el Delta del Ebro. La altura sobre el terreno era de 18,70 m y sólo 0,30 m más sobre el mar. La torre era de hierro, ligeramente cónica, pintada de color amarillento, con linterna poligonal y cúpula de color natural del cobre. Ocupaba el centro de la habitación de los torreos que era de planta hexagonal con dos puertas en le lado del mar y una ventana en cada uno de los restantes.
Los materiales empleados en su construcción fueron el hierro forjado inglés de superior calidad para los pilotes, armaduras, viguetas y demás elementos metálicos, y fundido, de la misma procedencia, para aquellas piezas que lo necesitasen. Chapa galvanizada de hierro para el exterior de las viviendas; el interior y el entarimado de madera de pino bien curado, con un ancho máximo de 7 pulgadas en las paredes y 9 en las del suelo.
La distribución interior era de tableros reforzados con zócalo cornisa y faja intermedia. Los tabiques de las cocinas de chapa de hierro ondulada para evitar los incendios.
Estaba prohibida la utilización de clavos. La sujeción se hizo exclusivamente con tornillos.
Las vidrieras de las ventanas y puerta de entrada eran del tipo inglés, con contraventanas de madera.
Su óptica construida en 1861 era de la casa inglesa Chance Brothers, de tercer orden y tres zonas que proporcionaron a la luz blanca fija un alcance de 13 millas. Junto con la linterna costó 30.166 reales.
La fabricación del edificio y la torre, que pesaron 48,80 toneladas, fueron adjudicados al inglés Mr Henderson Porter, de Birminghan, en 101.088 reales como constructor de los Faros de Buda y el Fangal, condición incluida como premio a quién realizase la mejor oferta para el primero.
Se encendió por vez primera el 1 de noviembre de 1864 con una luz proporcionada por una lámpara de aceite de oliva atendida por dos torreros.
En 1883 ya contaba con una lámpara Maris de dos mechas y, algunos años después, con una instalación de gas acetileno. El gas se fabricaba allí mismo por medio de un gasómetro de carburo de calcio. Este sistema se sustituyó en 1929 por una instalación automática Dalen que también funcionaba con gas acetileno almacenado en tres acumuladores de la casa sueca AGA tipo AK-25. Estaba provista de un quemador de 25 litros con sistema de cambio automático de capillos y una válvula solar para apagar el faro durante el día. Daba una apariencia de grupos de tres ocultaciones de luz blanca cada 15 segundos y era visible a una distancia de 12 millas.
El emplazamiento marca el comienzo de una pequeña península arenosa, unida al delta por una estrecha lengua de arena que frecuentemente se corta con los temporales. El abastecimiento se hacía por mar si el tiempo lo permitía o por tierra y a pie en caso contrario, siempre que el paso no estuviera cubierto por las aguas. El camino de acceso se acababa en la punta del Clot, lo que obligaba a salvar un trayecto por la playa de 10 kms.
Las viviendas eran reducidísimas. No tenían más que una habitación y cocina, y carecían incluso de aljibe de agua potable, haciendo extremadamente difícil la vida de sus torreros y familias. En 1913 se construyeron dos casetas: una para almacén de combustible y otra para pabellón de inspección.
Por sus penosas condiciones de vida, el 18 de julio de 1943 se suprimió el personal que lo atendía. A partir de entonces el servicio quedó agregado al Faro de San Carlos de la Rápita.
Nuevas exigencias de alcance evidencian su insuficiencia. El 1 de noviembre de 1978 se apaga para dar paso a una nueva torre de hormigón normalizada de 23,7 m de altura y 3 m de diámetro en la que se colocó la primitiva óptica del faro de hierro y el mismo sistema luminoso que ya tenía (ver su historia). Aprovechando las obras, se demolieron los restos de la vivienda de inspección y el almacén, cerrándose la parcela que ocupaba con un vallado de celosía.
Abandonado desde entonces, comienza un paulatino deterioro sin que nadie se ocupe de mantenerlo. Del resultado de un informe como resultado de una visita de inspección realizado en 1980 por el técnico Miguel Ángel Sánchez Terry en el que pone de relieve su mal estado y la conveniencia de rescatarlo por su importancia histórica, se despierta el interés del Servicio de Señales Marítimas.
Tras un periplo de papeleos y formalidades, se desmonta y traslada al Puerto de Tarragona, donde a día de hoy es uno de sus atractivos turísticos.
... y hasta aquí puedo leer ...
Si quereis saber más, os dejo el link de donde he extraído esta noticia ... http://www.porttarragona.cat/es/banya.html
Los materiales empleados en su construcción fueron el hierro forjado inglés de superior calidad para los pilotes, armaduras, viguetas y demás elementos metálicos, y fundido, de la misma procedencia, para aquellas piezas que lo necesitasen. Chapa galvanizada de hierro para el exterior de las viviendas; el interior y el entarimado de madera de pino bien curado, con un ancho máximo de 7 pulgadas en las paredes y 9 en las del suelo.
La distribución interior era de tableros reforzados con zócalo cornisa y faja intermedia. Los tabiques de las cocinas de chapa de hierro ondulada para evitar los incendios.
Estaba prohibida la utilización de clavos. La sujeción se hizo exclusivamente con tornillos.
Las vidrieras de las ventanas y puerta de entrada eran del tipo inglés, con contraventanas de madera.
Su óptica construida en 1861 era de la casa inglesa Chance Brothers, de tercer orden y tres zonas que proporcionaron a la luz blanca fija un alcance de 13 millas. Junto con la linterna costó 30.166 reales.
La fabricación del edificio y la torre, que pesaron 48,80 toneladas, fueron adjudicados al inglés Mr Henderson Porter, de Birminghan, en 101.088 reales como constructor de los Faros de Buda y el Fangal, condición incluida como premio a quién realizase la mejor oferta para el primero.
Se encendió por vez primera el 1 de noviembre de 1864 con una luz proporcionada por una lámpara de aceite de oliva atendida por dos torreros.
En 1883 ya contaba con una lámpara Maris de dos mechas y, algunos años después, con una instalación de gas acetileno. El gas se fabricaba allí mismo por medio de un gasómetro de carburo de calcio. Este sistema se sustituyó en 1929 por una instalación automática Dalen que también funcionaba con gas acetileno almacenado en tres acumuladores de la casa sueca AGA tipo AK-25. Estaba provista de un quemador de 25 litros con sistema de cambio automático de capillos y una válvula solar para apagar el faro durante el día. Daba una apariencia de grupos de tres ocultaciones de luz blanca cada 15 segundos y era visible a una distancia de 12 millas.
El emplazamiento marca el comienzo de una pequeña península arenosa, unida al delta por una estrecha lengua de arena que frecuentemente se corta con los temporales. El abastecimiento se hacía por mar si el tiempo lo permitía o por tierra y a pie en caso contrario, siempre que el paso no estuviera cubierto por las aguas. El camino de acceso se acababa en la punta del Clot, lo que obligaba a salvar un trayecto por la playa de 10 kms.
Las viviendas eran reducidísimas. No tenían más que una habitación y cocina, y carecían incluso de aljibe de agua potable, haciendo extremadamente difícil la vida de sus torreros y familias. En 1913 se construyeron dos casetas: una para almacén de combustible y otra para pabellón de inspección.
Por sus penosas condiciones de vida, el 18 de julio de 1943 se suprimió el personal que lo atendía. A partir de entonces el servicio quedó agregado al Faro de San Carlos de la Rápita.
Nuevas exigencias de alcance evidencian su insuficiencia. El 1 de noviembre de 1978 se apaga para dar paso a una nueva torre de hormigón normalizada de 23,7 m de altura y 3 m de diámetro en la que se colocó la primitiva óptica del faro de hierro y el mismo sistema luminoso que ya tenía (ver su historia). Aprovechando las obras, se demolieron los restos de la vivienda de inspección y el almacén, cerrándose la parcela que ocupaba con un vallado de celosía.
Abandonado desde entonces, comienza un paulatino deterioro sin que nadie se ocupe de mantenerlo. Del resultado de un informe como resultado de una visita de inspección realizado en 1980 por el técnico Miguel Ángel Sánchez Terry en el que pone de relieve su mal estado y la conveniencia de rescatarlo por su importancia histórica, se despierta el interés del Servicio de Señales Marítimas.
Tras un periplo de papeleos y formalidades, se desmonta y traslada al Puerto de Tarragona, donde a día de hoy es uno de sus atractivos turísticos.
... y hasta aquí puedo leer ...
Si quereis saber más, os dejo el link de donde he extraído esta noticia ... http://www.porttarragona.cat/es/banya.html
Este es el Far de la Banya y mis interpretaciones sobre él ...
Gracias por las visitas y los comentarios.
¡¡Coñe!! Mi faro :)
ResponderEliminarTengo yo una foto muy parecida a una de las que has puesto aquí.
Muy buenos los trabajos sobre el faro.
Salut
Nunca habia visto un faro así, quizas por ser de interior y no conecer muchos, pero siempre los he visto de hormigón. Este me parece curiosissimo, como del espacio, quizas tambien influenciada por algunas de tus fotos.
ResponderEliminarMe gusta mucho esta serie, y tus mil maneras de ver este
faro.
SAludos.
Las fotos son fantásticas y el Faro pues resulta curioso, y no me extraña que sea el centro de la curiosidad turística ya que difiere bastante de los viejos faros de piedra que se alzan sobre una roca en medio del mar.
ResponderEliminarBuena entrada!!!
Un abrazo.
Preciosas las fotos realizadas a este curioso faro....tiene que ser todo un espectaculo.
ResponderEliminarBesos